Secrets of the Silent Witch - Capitulo 1

 Un Colega Llega y Actúa Irrazonablemente

…Aplasta, aplasta.

          Monica despertó gracias a una sensación suave en su mejilla. Había caído dormida en su escritorio, con su lapicero aún en su mano.

Perezosamente levanto su mirada para encontrarse a sí misma mirando los ojos dorados de un gato negro.

El gato había estado empujando su mejilla con su patita, y una vez él se dio cuenta que ella había despertado, sus ojos se ciñeron en una satisfactoria, casi humana risa.

“Oye, Monica. Es de día. No puedes dormir para siempre. ¿Qué? ¿No despertarás al menos que un príncipe te bese? ¿Princesa?”

Inmutada por el gato parlante, Monica frotó sus ojos y se sentó derecha.

El gato negro era su familiar. No solo él podía entender la lengua humana, él podía incluso leer. De hecho, él era un mucho más ávido lector que ella, tomaba cualquier momento libre para leer, pasando las páginas con destreza con sus patas delanteras. En particular, él disfrutaba de novelas de aventuras, y muy probablemente había obtenido la idea del beso de un príncipe de una de esas novelas.

“…Ugh. Hola, Nero. ¿Ya es de día? …Me iré a lavar la cara…”

Monica tomó el resto del café frío en su taza, y después se paró. Dando la espalda a Nero, el gato negro, abrió la puerta de en frente y sintió una brisa helada cosquilleando en sus mejillas—un signo del verano llegando a su fin.

La pequeña casa tambaleante donde Monica vivía se ubica sobre una montaña en el Reino de Ridill. No había otras casas cerca, y ella estaba a más de una hora caminando del pueblo más cercano.

Monica rodeo su casa por detrás y tomó agua del pozo, un gran esfuerzo considerando su pequeña complexión. Recientemente, se han hecho grandes avances en la tecnología del transporte de agua. Las tuberías se han proliferado—no solo en ciudades principales, sino también en pequeños pueblos del área. Pero naturalmente, ninguna pasaba por su pequeña cabaña en ese lado de la montaña.

Habiendo crecido en la ciudad, ella encontraba la vida de montaña inconveniente al principio. Ahora, sin embargo, ella estaba perfectamente acostumbrada a la vida en su pequeña casa. Lo mejor de todo, el área era calmada y aislada.

Después de llenar un balde de agua potable, recolectó algunas prendas que colgaría en una vara para secarla y fue de regreso adentro. Entonces, como si hubiera recordado, miró a su reflejo en el espejo largo en la esquina de su habitación.

Un conocido suyo le había dado el espejo a la fuerza a Monica, diciéndole que pusiera un poco más de empeño en su apariencia. El espejo por sí mismo era muy fino y parecía fuera de lugar en esos alrededores tambaleantes.

Ese vidrio elegante reflejaba una chica flacucha con cabello crespado envuelta en una túnica usada. Aunque iba a cumplir diecisiete este año, su desaliñada imagen era mucho más pálida de lo que debería ser a su edad—era casi del color de un cuerpo muerto. Su cabello café claro, que a trasquilones partió en un par de tranzas, estaba seco y carecía de brillo, viéndose incluso más quebradizo que un manojo de heno. Dos ojos redondos, cada uno acompañado de círculos negros, se asomaban con estrépito, que ella solo los dejaba crecer más y más.

Oh, ella pensó, pero creo que hoy es cuando mis compras mensuales llegan…

Monica era extremadamente tímida y encontraba difícil comprar cosas en tiendas. En lugar de eso, preguntó a la gente del pueblo que estaba al pie de la montaña que le enviaran la comida a ella.

Por un momento, titubeó, preguntándose si debería rehacer sus trenzas después de todo. Más pronto de lo que ella pensó hacerlo, hubo un golpeteo en la puerta.

“¿Monica? ¡Tu comida está aquí!”

La voz femenina animada sobresaltó a Monica. Se acomodó su capucha de la túnica sobre sus ojos.

Mientras tanto, Nero brincó ágilmente sobre el estante. “¿Un invidado? Parece que es momento de que pretenda ser un gato, ¿uh? Miau.”

“S-Si.” Asintiendo a Nero, Monica nerviosamente abrió la puerta.

Una carreta fue estacionada fuera de su casa, y a lado de esa estaba parada una niña de aproximadamente diez años. Ella era una niña vivaz, con cabellera café oliva atada detrás de su cuello. Su nombre era Annie, y es del pueblo cercano. Usualmente, era su trabajo enviar las cosas a Monica.

Monica se asomó desde detrás de la puerta y, temblando, llamó con un tembloroso, “H-hola.”

Annie estaba acostumbrada al comportamiento de Monica ahora, y la hizo a un lado, abriendo la puerta, y comenzó a levantar los bultos de comida.

“Lo llevaré todo adentro,” dijo Annie. “¿Puedes sostener la puerta?”

“D-De acuerdo…” Monica asintió nerviosamente mientras Annie habilidosamente acarreo los materiales adentro.

La casa de Monica tenía unas pocos muebles, pero los libros y pilas de papeles amontonados por la mesa y el piso, dejando poco espacio para caminar. Su cama, por supuesto, hace tiempo que había sido enterrada debajo de más papeles y libros. No siquiera podía moverse de ahí. Es por eso que últimamente adquirió el hábito de caer dormida en su silla.

“¡Siempre esta tan desordenado aquí! ¿Estos papeles son importantes? ¿Lo puedo echar a la basura?” preguntó Annie, sospechosamente echando un vistazo a las pilas de papeles que llenaban el suelo.

“¡Todos—todos son importantes!”

“Oye, ¿son esas fórmulas? ¿Qué estas calculando?”

Annie podía leer, y como era la hija de un artesano, también era buena con los números. Ella tenía apenas poco más de diez años de edad, pero era más inteligente de la mayoría de los niños de su edad. Pero incluso para ella, las filas y columnas de números en estos papeles eran todo menos descifrables.

Monica miro abajo. Sin hacer contacto visual, contestó, “Um, esos son… cálculos para las, um, órbitas de los planetas…”

“Oh. ¿Qué son estas? Parecen ser todos nombres de plantas.”

“…Um, esos son… Calculé las proporciones de fertilizantes de plantas y las coloqué en una tabla…”

“¿Entonces que son estas? Parecen como si fueran un tipo de símbolos mágicos.”

“…Esos, um, un cálculo de ensayo de un nuevo componente de una fórmula mágica que un profesor de Minerva propuso…” Monica jugueteó con la manga de su capa guanga mientras sigilosamente respondía las preguntas.

Los ojos similares a los de un gato de Annie se ensancharon “¿Una fórmula mágica? ¿Puedes usar hechizos, Monica?”

“…Yo, um, bueno… Es-Eso es…,” tartamudeó Monica, con sus ojos llendo de izquierda a derecha.

Nero, quién había estado pretendiendo dormir sobre el estante, maulló pareciendo decir, Whoa, ¿todo bien ahí?

Monica continuó amasando con sus dedos hasta que eventualmente Annie dejó salir un ligero encogimiento de hombros y rio. “Ja-ja. Por supuesto que es imposible. Si pudieras usar hechizos, ¡estarías trabajando en la capital! No viviendo como recluida aquí arriba en las montañas.”

Lo hechizos eran la muestra de cómo uno usaba mana para crear milagros. Las técnicas originalmente habían sido secretamente pasadas y guardadas por la clase noble, pero en los años recientes, los plebeyos habían tenido la oportunidad de estudiarla.

Pero aún habían limitaciones—uno necesitaba significables riquezas o talento para inscribirse en una institución para estudiar hechizos. Para un plebeyo, volverse un mago era un logro que definía su vida.

Si se volvía un mago de alto rango, podría ser empleado por una familia noble, o podría encontrar empleo en el Escuadrón Mágico, cuyos miembros eran esencialmente celebridades.

No había manera de que Monica, que vivía aquí en las montañas, fuera una maga—La observación de Annie hacía perfecto sentido.

“¡Oh, Monica! ¿Escuchaste? Hace tres meses, hubo una cacería de dragones cerca del borde del este.”

Los hombros de Monica se sobresaltaron debajo de su túnica, y Nero, que había estado fingiendo dormir sobre el estante, abrió uno de sus ojos. Su cola se colgaba perezosamente, balanceándose como el péndulo de un reloj.

“¡Escuché que algunos pterodragones realmente grandes formaron una horda y aparecieron en un pueblo! ¡Eran más de veinte de ellos!”

Los pterodragones, como su nombre lo indicada, eran dragones con alas. Tenían baja inteligencia y eran menos amenazadores que otros dragones pero era extremadamente difícil de lidiar cuando estaban en grupos. Usualmente ellos iban por el ganado, pero los ataques de pterodragones hambrientos se había vuelto más común en años recientes.

“¡Oh! ¡Oh, y, y! ¡El que lideraba a los pterodragones! ¡Era el legendario dragín negro! ¡El infame Dragón Negro de Worgan!”

Los dragones que eran llamados por un color específico, como los dragones negros y los dragones rojos, eran de un rango más alto y eran vistos como una amenaza mayor.

De esos, se decía que el dragón negro era el más peligroso. Las llamas únicas que respiraban—llamas negras—eran llamas de anatema. Un solo ataque de un dragón negro podía fácilmente reducir el reino a cenizas. De hecho, ellos eran criaturas de calamidades en una escala alta.

“¡Y! Y los Caballeros Dragón fueron a matarlo, ¡pero uno de los Siete Sabios estaba con ellos! Espera, ¿Sabes quiénes son los Siete Sabios? Son los mejores magos del reino. Bastante impresionante, ¿lo sabes?”

“Ah, um, ya veo…”

“¡La más joven es llamada la Bruja del Silencio! ¡Y dicen que ella le dio una paliza al dragón negro sola y derribó a todos los pterodragones!”

En pueblos de campo, esta clase de historias eran una forma preciada de entretenimiento. Los ojos de Annie estaban prácticamente brillando… pero ciertamente los de Monica no lo estaban.

“¡Dicen que la Bruja del Silencio es la única en el mundo entero que puede usar hechizos sin cánticos! Y la magia siempre necesita cánticos, ¿no? ¡Pero no para la Bruja del Silencio! Incluso sin hacerlo, ¡ella puede usar magia poderosa que hacía boom, boom, boom!”

Monica presionó su mano en su estómago en silencio. Le dolía como si lo estuvieran estrujando con un tornillo. A pesar de esa placentera mañana veraniega, ella estaba estallando repleta de sudor.

“Yo, um, ya v-veo…,” balbuceó Monica.

Annie colocó sus manos en sus mejillas como si estuviera cautivada y dijo, “Oh, ¡quisiera conoce a un Sabio real algún día! ¡Solo uno!”

A parte de los Siete Sabios, la gente de por aquí rara vez llegaba a ver a magos de rango medio o de rango menor. Es por eso que Annie probablemente los encontraba tan fascinantes.

Aun tomando su estómago punzante, Monica tomo unas pocas monedas de plata de una cartera de cuero del aparador. Eso cubriría la comida que ella había enviado, así como la propina de Annie.

“A-aquí…,” balbuceó, colocando las monedas de plata en las manos de Annie y cerrando sus dados de alrededor. “Gracias, um, por siempre hacer esto.”

Annie contó las monedas, después inclinó su cabeza. “Sé que lo preguntó todo el tiempo, pero ¿realmente está bien tener todo esto? Es casi el doble de lo que vale la comida.”

“L-la enviaste para mí, así que, um… puedes, bueno, tener el resto del dinero como ahorro”

Cualquier niño normal podría haber saltado de la alegría y meter las monedas en sus bolsillos, pero Annie era una chica lista. Sabía que la recompensa estaba más allá del trabajo que había hecho, y miró a Monica dubitativa.  “Oye, ¿qué es lo que haces en tu trabajo, Monica?”

“Yo, um… ¿Cálculos?”

“¿Eres profesora de matemáticas?”

“Supongo… algo… como eso. Si…”

Los documentos que había acumulado en la casa no tenían una tema en común. A parte de órbitas estelares y distribución de fertilizantes, incluían total de población, ingresos tributarios, cambios en venta de productos, y otro tipo de papeles variados cubiertos en números. Todos reposaban en el piso en un revoltijo que a primera vista parecía un caos pero que seguía un orden y la lógica que solo Monica entendería.

Annie parecía decentemente satisfecha con la explicación de profesora de matemáticas.

“Hmm. Entonces eso significa que la persona que vino al pueblo ayer debe ser un maestro de matemáticas también.”

“…¿Uh?”

“Dijo que era tu colega y quería visitarte, así que le dije el camino. Deberá estar aquí pronto.”

Un colega. Esa palabra fue todo lo que necesitaba para drenar el color del rostro de Monica.

Temblando terriblemente dentro de su túnica usada, balbuceó una pregunta. “Es-esa, esa persona, um, er, ¿qué clase de, um, persona, era él?”

“Era yo.”

La clara, resonante voz provino de detrás de Monica.

Un aterrorizado chillido escapó de su garganta. Con movimientos robóticos, se dio la vuelta—un hombre bien parecido con cabello liso y brillante de color castaño levantado en una trenza estaba apoyado contra la puerta, con una sonrisa en su rostro. Justo a lado suyo estaba una mujer rubia hermosa vistiendo ropas de sirvienta.

El hombre vestía una espléndida casaca, con un monóculo en su ojo y un bastón en su mano. Claramente, era un refinado, sofisticado caballero. Sobre todo, sus vagamente femeninos, delicados rastros faciales eran muy atractivos, que la mayoría de las chicas hubieran sido embelesadas a primera vista.

Monica, por otro lado, se le quedó viendo con ojos amplios de terror, desesperadamente conteniendo un grito.

“¿L-L-L-L-L-L-Loui—Louis…?”

“Apreciaría si no cambiaras mi nombre a L-L-L-Loui-Louis. Es un poco rídiculo, ¿no lo crees?”

“¡Ah! L-lo siento t-tanto…,” tartamudeo, al borde de las lágrimas.

Sin siquiera echar un vistazo en dirección a Monica, el hombre camino directo a Annie y sonrió. Entonces tomo su mano y colocó una pieza de dulce en ella. “Gracias por mostrarme el camino, joven dama.”

“De nada”

Annie sonrió y volvió el gesto de cortesía que el guapo invitado mostró, y después colocó el dulce en su bolsillo.

“Como sea,” ella dijo, “No quiero meterme en el camino de tu trabajo, así que me iré ahora. Bye-bye, Monica. ¡Nos vemos de nuevo el siguiente mes!”

La chica agitó sus manos y dejó la pequeña casa, asumiendo un andar más agraciado que lo usual. Así como escuchó sin esperanza el traqueteo de la carreta volviéndose casa vez más distante, Monica miró al hombre ante ella con lágrimas en sus ojos.

Su casaca y bastón eran un camuflaje. Normalmente, él vestía una túnica bordada de oro y llevaba consigo un bastón magnífico—porque él era un mago. La hermosa chica en un conjunto de sirvienta esperando detrás de él no era humana tampoco, ella era un espíritu que había formado un contrato con él.

“Es, um, bueno verte de nuevo… Sr. Louis,” Monica dijo, con voz temblante.

Él puso su mano sobre su pecho y ofreció una elegante inclinación. “Si, ha sido un tiempo, ¿no lo ha sido, Lady Monica Everett? O debería decir, la Bruja del Silencio de los Siete Sabios?”

 

***

 

Los Hechizos se refieren al uno de poder mágico, o maná, para causar milagros. Los hechizos específicamente son un tipo de magia donde uno hace un cántico con el fin de tejer una fórmula mágica y canalizar el maná de uno.

          Razas que sobresalen en el uso de maná, como los espíritus, no necesitan las fórmulas mágicas o encantamientos. Los humanos, sin embargo, son incapaces de controlar el maná sin la ayuda de un cántico. Ellos pueden usar lo que es llamado cántico rápido para acortarlo, pero aun así tarda varios segundos.

Pero, una chica genio hizo de lo imposible posible.

          Su nombre era Monica Everett, y a pesar de su naturaleza extremadamente tímida, con dificultad para hablar, y su estado actual como ermitaña de montaña,  ella permanecía al pináculo de la jerarquía de los magos de Ridill. Era una de los Siete Sabios—la Bruja del Silencio.

          Monica no podía usar todas las fórmulas mágicas actuales en existencia sin cántico, pero podía manejar un aproximado del 80 porciento.

La mayor debilidad de un mago era estar sin defensa mientras cantaba. Obviamente, en un campo de batalla, ese tiempo podría ser la diferencia entre la vida y la muerte. Mientras algunos magos de alto grado podían doblar la velocidad de sus encantamientos con cánticos rápidos, Monica era la única en el mundo que no requería de tiempo.

Y es por eso que había sido elegida como una de los Siete Sabios hace dos años, a la corta edad de catorce años.

La historia de como esta chica genio adquirió tales habilidades impresionantes fue muy directa.

Ella sufría de timidez extrema y ansiedad social, y ambos de ellos la prevenían de ser capaz de hablar claramente frente a otros.

Su reacción ante Annie aún era relativamente menor. Con alguien a quien ella nunca había conocido o alguien cuya personalidad chocaba con la de ella, hacía que ella se paralizara como para decir algo. Lo peor, era que podría vomitar o incluso desmayarse. Esto era obviamente un obstáculo para sus encantamientos.

Varios días antes de esto, Monica había estado asistiendo a una institución que acogía nuevos magos. Pero siendo incapaz de cantar durante sus exámenes prácticos, fallaba y casi reprobaba. Fue así cuando ella empezó a pensar. Con los examinadores cerca, ella se ponía muy nerviosa para cantar—entonces, la solución había sido usar sus hechizos silenciosamente.

Normalmente, una persona hubiera dedicado sus esfuerzos a superar su timidez o ansiedad social. La idea de Monica se fue a una dirección completamente inesperada—y lo más aterrador de todo, sus talentos florecieron.

Y fue así como Monica, por una razón completamente ridícula, dominó el arte de los hechizos sin cánticos. De ahí en adelante, su camino al rango de los Siete Sabios fue rápida.

Su habilidad fue verdaderamente una ganancia inesperada de una novela, aunque de todo corazón, con esfuerzo.

 

***

 

La casa en las montañas de Monica solo tenía dos sillas. Una de ellas actualmente tenía una pila de documentos en ella. Raramente la usaba. Viendo cuantos papeles habían en la pila, se rindió de levantarlos. En su lugar, los apunto con su dedo.

Cuando lo hizo, la montaña de papeles de repente voló y danzó en el aire como si cada uno de ellos tuviera mente por sí mismos, moviéndose de la silla al escritorio.

Produciendo un viento utilizando hechizos que no era muy difícil. Pero para dirigir cada papel individualmente a su respectivo lugar hacia donde sea tomaba un muy delicado control de maná. Viéndola hacer eso como si fuera una cosa normal—y sin cantar para hacerlo—hizo que una de las esbeltas cejas de Louis se contrajera.

“¿Echando a perder su talento como siempre, mi compañera Sabia?”

Este hombre, que llamaba a Monica una colega, era otro de los Siete Sabios. Él era Louis Miller, el Mago de la Barrera. Iba a cumplir veintisiete este año, haciéndolo diez años más grande que Monica. Ambos se habían vuelto Sabios al mismo tiempo, por lo que, el seguido se refería a ella como su “compañera.”

Cuando él no estaba hablando, Louis parecía un hombre hermoso y delicado, pero, él era además un mago marcial, jactándose con el segundo puesto en la cuenta de asesinar a dragones solo en la historia. Él había fungido como líder del Escuadrón Mágico y era temido y respetado por sus miembros por su astucia, o algo así.

¿Qué podría el Sr. Louis querer…? O-oh no, ¿me va a decir que vaya a asesinar dragones de nuevo?

En cualquier caso, él era aterrador cuando se enojaba, así que Monica le hizo un ademán hacia la recién limpiada silla, temblando todo el tiempo.

Louis se sentó, y miró a la sirvienta esperando detrás de él. “Ryn, una barrera a prueba de sonido, por favor.”

“Ahora mismo, mi señor.”

La sirvienta a la que él llamó Ryn asintió, y todo el sonido de alrededor en el área desapareció de una. En interior y el exterior de la casa habían sido separados, bloqueando incluso el sonido del viento y el lloriqueo de los pájaros.

Dejando de pretender tomar una siesta en al almacén, Nero estremeció sus bigotes incómodamente, y sus ojos dorados miraron a la mujer con uniforme de sirvienta.

Era alta, y esbelta belleza. Pero aunque ella tenía una cara bonita, estaba sin expresión. Lo que la hacía parecer algo similar a una muñeca.

La razón de que ella era capaz de poner una barrera sin cánticos era que ella no era humana, sino un espíritu. Solo alrededor de diez magos en el reino pudieron reclamar a altos espíritus como sus asistentes.

“Iré al punto. He venido hoy a preguntarte por un favor.”

“¿Un…un favor…?” preguntó Monica sin tratar de esconder su cautela.

Louis ofreció una sonrisa agraciada y reposo su barbilla en sus manos con guantes. Incluso esas pequeñas acciones eran orquestadas perfectamente. “Si. El mes pasado, recibí una orden sellada de Su Majestad dirigiéndome a servir al segundo príncipe como su guardaespaldas.”

“¿…Uh?” Los ojos de Monica se ampliaron.

Este reino tenía tres príncipes, cada uno nacido de diferente madre: Príncipe Lionel, quien tendría diecisiete este año; Príncipe Felix, quien tendría dieciocho; y el Príncipe Albert, que tendría catorce. El punto de vista entre los nobles se dividió sobre quien de ellos heredaría el trono.

Monica no tenía interés en este tipo de peleas de poder, así que su único conocimiento del tema provenía de rumores. Aparentemente, las facciones del primer y segundo príncipe eran de aproximadamente el mismo tamaño, con el tercer príncipe estando algo parecido a la desventaja.

Estas facciones se extendían a los Siete Sabios también—Louis Miller, el Mago de la Barrera, era uno de los representantes del grupo del primer príncipe.

¿Por qué habría ordenado a Louis proteger al segundo príncipe? Monica frunció el entrecejo por la desconexión. “U-um, Sr. Louis… Estas, um, con la facción el primer príncipe, ¿no?”

“Si. Tengo mis teorías sobre el por qué Su Majestad me ordenaría proteger al segundo príncipe, pero sería irrespetuoso de mi hacer especulaciones sobre sus pensamientos. Lo que es importante es que me ordeno llevar a cabo mi misión sin que el segundo príncipe lo note.”

“¿…Sin que, um, el segundo príncipe… lo note?”

          Eso fue sin contar que era increíblemente difícil de proteger a alguien sin alertarlo. ¿Y por qué el rey le ordenaría a Louis, quién apoyaba al primer príncipe, proteger al segundo? ¿Por qué tenía que ser mantenido en secreto de él?

          Mientras Monica se hundía en confusión, Louis continúo explicando, su tono objetivo. “Como dije, Su Alteza Felix está actualmente yendo a un internado de elite llamado Academia Serendia. Si voy a protegerlo sin que el me note… Bueno, el movimiento más apropiado sería infiltrarse en la academia.”

          Louis, ¿infiltrándose en una escuela? Con toda honestidad, Monica no podía meterse a la cabeza esa idea. El Mago de la Barrera—incluyendo su apariencia—era muy bien conocida. Sin mencionar que su apuesta apariencia atraería a una multitud. En sí, él era particularmente malo para la infiltración.

          Louis parecía haberse dado cuenta de eso por sí mismo. “Nunca lo podría hacer, por cierto,” dijo plenamente. “La academia está bajo el patrocionio directo del Duque Clockford, el líder de la facción del segundo príncipe. No sería capaz de infiltrarme.”

          Como el abuelo paterno del segundo príncipe, el Duque Clockford tiene algunas de las mayores autoridades en el reino. Y francamente hablando, él y Louis eran como el agua y el aceite. Era poco probable que el duque cooperara con Louis en su misión secreta de guardaespaldas.

          “S-si no puedes entrar a la academia… entonces, um, ¿cómo lo vas a proteger…?”

“Es por eso que creé este artículo mágico.”

Louis removió un pequeño objeto envuelto del interior de su bolsillo y lo colocó en el escritorio. Dentro de la envoltura había un broche roto. Una larga grieta pasaba a través del gran rubí incrustado en el centro, y la hebilla de metal fino había sido arruinada.

Él removió el rubí para que Monica pudiera verlo. El agrietado rubí y la configuración expuesta, cada uno fue grabado con fórmulas mágicas. Una mirada fue todo lo que Monica necesitó para entender sus funciones básicas.

“¿…Una…una barrera compuesta? Detección de riesgo, una barrera mágica física de corto rango, y una función de rastreo y reporte…?”

“Todo eso de una sola mirada—pero no esperaba menos. Si. Me tomó grandes dolores para crear este artículo mágico con el fin de proteger al príncipe.”

Los artículos mágicos eran herramientas que utilizaban joyas especialmente hechas a la medida y pudieran ser imbuidas con maná para contener una fórmula mágica. Eran muy convenientes, ya que daban sus beneficios incluso si era para aquellos que no fueran capaces de usar hechizos. Sin embargo, aún eran lujos extravagantes que solo eran poseídos por un manojo de los nobles más poderosos.

Y como uno de los Siete Sabios, los mejores magos del reino, había creado este, que debe ser invaluable. Por lo menos, podría ser vendido por dos o tres casas en la capital real.

Louis trajo el rubí agrietado hacia arriba por la luz filtrándose a través de la ventana.

“Este es uno de un par de broches, un rubí y un zafiro. Quien sea el que posea este rubí sabrá la localización de quien sea el que posea el zafiro. Si el dueño del zafiro está bajo algún tipo de ataque, se detonará una barrera defensiva. Cuando eso pase, el rubí brillará en respuesta.”

Monica le dio otra mirada a la fórmula mágica incrustada dentro. Permaneció en silencio por unos momentos. Después, nerviosamente, preguntó a Louis, “U-um, ¿entonces significa…que es más para mantener un ojo en el segundo príncipe…que para protegerlo?”

Louis sonrió fácilmente, como si fuera para indicar que el no tenía ni un fragmento de culpa. “Es solo natural que un guardaespaldas pueda necesitar saber qué es lo que esa persona está haciendo, ¿no?”

“P-pero, ¿no estaría el furioso si lo descubriera…? ”

“Parecer esta de alguna manera muy consciente de ello, mi compañera Sabia… Y para eso, ofrezco este viejo dicho.” Louis puso una mano en su pecho, y hablo claramente, como un clérigo citando una escritura. “Cualquier cosa se vale mientras nadie lo sepa.”

“…”

¿Es realmente así de simple? Monica no pudo evitar pensar. Aun así, podría ser difícil de leer y entender una fórmula incrustada  en un artículo mágico—especialmente uno extremadamente complicado hecho por Louis. Incluso los magos de alto rango no podrían ser capaces de averiguarlo tan fácilmente.

“Le hice a Su Majestad pasarle el broche al Príncipe Felix. Él iba a mantener en secreto el hecho de que es un artículo mágico que yo había creado y pretender que era un simple regalo de padre a hijo.”

Siempre y cuando el segundo príncipe mantuviera el broche consigo, Louis podía se capaz de rastrear sus movimientos constantemente y responder a cualquier emergencia. Y a parte, el Duque Clockford era muy estricto en su administración de la Academia Serendia. Cualquier villano apuntando a la vida del príncipe tendría un rato difícil infiltrándose, así que había poca posibilidad de que algo pasara para empezar… O eso había pensado Louis.

“Desafortunadamente, a pesar de trabajar en este broche por una noche sin descanso, parece ser que el que Su Majestad le dio al Príncipe Feliz se rompió justo el siguiente día. Una semana completa sin descanso, y solo tomó un día… Cuando vi el rubí agrietado, fue hilarante. Simplemente no pude evitar mi risa. Ja-ja-ja.”

La risa de Louis fue aterradoramente monótona, y sus ojos ni siquiera estaban sonriendo. No era un tema de risa. Si el rubí de Louis se agrietó, significa que algún tipo de peligro había caído al segundo príncipe.

“¿E-entonces…estaba el segundo príncipe…b-bien?”

“Bueno, cuando el artículo se rompió, Arrastré mi cuerpo privado de sueño fuera de la cama y corrí a la academia enseguida. ¿Y qué crees que él me dijo?” El ojo de Louis dijo un extraño brillo detrás de su monóculo. “Su Alteza me dijo que nada había pasado. Me dijo que rompió el broche completamente por accidente.”

El rubí en la mano de Louis hizo fuertes sonidos de crujidos. Sus pedazos cayeron de entre sus enguantados dedos.

“Algo que yo hecho no debería de romperse tan fácilmente. De hecho, había envuelto al broche con varias fórmulas de auto protección. Claramente, el ataque que tomó fue lo suficiente fuerte para romperlas todas…El príncipe Felix, por su parte, no habla.”

Toda esta conversación estaba empezando a sonar sospechosa. Monica tenía un mal presentimiento sobre esto. Un muy mal presentimiento.

Louis dispersó los fragmentos del rubí en el escritorio, y volvió una sonrisa en ella, que contradecía su muestra de fuerza bruta. “Estas empezando a entender la situación, ¿no es así?”

Monica sacudió su cabeza con un no con todas su voluntad. Sus trenzas que parecían de paja se balancearon de un lado a otro.

Louis la ignoro en el acto. “Me gustaría que te infiltraras en la academia y protegieras al príncipe en mi lugar.”

La manera en que lo dijo fue muy casual, como si estuviera preguntando pedir prestado un pañuelo por un segundo, pero lo que estaba preguntando no era una hazaña fácil.

“¡Yo-yo no puedo! ¿Pp-por qué querrías quererme…?”

“Soy muy famoso. Mira que hermoso soy. No puedo cubrir todo  esto con un disfraz, ¿lo puedo hacer? Tú, por otro lado, rara vez apareces en círculos sociales, y mantienes tu capa debajo de tus ojos durante ceremonias. Nadie sabe cómo luces. Y lo más importante…” Louis pausó, y dio una sonrisa lo suficientemente preciosa para atrapar a cualquiera…

“Nadie jamás adivinaría que una chica tan simple fuera una de los Siete Sabios.”

…y la insultó.

Desde arriba del estante, Nero la miró como si dijera, ¡Enójate! ¡Regáñalo! Pero todo lo que la débil de corazón Monica pudo arreglarse en decir fue “No puedo” entre sollozos y sorbidos. “N-nunca he, um, protegido a alguien antes…”

“Y es por eso por lo que te queda tan bien.”

“…¿Uh?” Las palabras sorprendieron a Monica lo suficiente para hacerla dejar de llorar.

Louis fatigadamente bajo su mirada y sacudió su cabeza. “Su Alteza Real es un chico extremadamente perspicaz… Envié un miembro del Escuadrón Mágico a protegerlo, y él vio a través de ello inmediatamente. Él ha sido rodeado por guardaespaldas por casi desde que ha estado vivo, así que es bueno detectándolos. Y es por eso que me estoy volviendo hacia ti.”

Él fijó su mirada en Monica y declaró, “Incluso él nunca podría sospechar que una clara novata, y pequeña chica, fuera secretamente una guardaespaldas.”

“…”

“Sobre todo, puedes lanzar encantamientos silenciosamente, sin atraer la atención. Perfecto para un guardaespaldas secreto, ¿no lo dirías igual? No hay nadie más apropiada para esta misión que tú.”

La lógica de Louis parecía impecable, pero Monica no podía evitar pensar que él solo trataba de devolvérselo al príncipe por romper su artículo mágico.

Viendo que Monica estaba manteniendo su silencio, Louis tomó una profunda, y exagerada bocanada de aire. “Han sido cerca de dos años desde que tú y yo fuimos seleccionados a los Siete Sabios… Y el único trabajo que has hecho ha sido esconderte y ver los papeles.”

“P-pero fui a asesinar ese, um, ese dragón, ya sabes, hace tres meses…”

“Yo he asesinado diez dragones en los tres meses desde entonces. ¿Cuál es tu punto?”

No había una jerarquía clara entre los Siete Sabios, pero Monica y Louis—por virtud de su inexperiencia—tendían a ser asignados a un montón de trabajo pesado. Por estos dos años pasados, Louis había sido principalmente encargado de misiones de asesinar dragones y a Monica deberes más oficinescos. La mayoría de los documentos en su casa eran relacionados a trabajos matemáticos que ella había aceptado de otros Sabios.

“Estos trabajos que estás haciendo son para matemáticos. Para bibliotecarios. Tú realmente te das cuenta que eres uno de los mejores siete magos en el Reino de Ridill, ¿Si? ¿Entiendes que hay una razón de que hubieran algunas tareas que solo tú podrías realizar? ¿Lo entiendes, verdad? Estoy seguro que lo entiendes. Si no, por favor entiende eso, ¿de acuerdo?...Te lo ordeno.”

Una orden. Que brutal.

“P-pero solo pude entrar a los Siete Sabios porque estaba en la lista de espera…”

“Su Majestad ha dejado las decisiones del personal para proteger el segundo príncipe completamente en mis manos. En otras palabras…no tienes el derecho a refutar, mi compañera Sabia.”

Louis tomó sus hombros y nivelo un directo, casi cortante mirada a ella—y fuera de reflejo, Monica asintió. Por accidente.

Él retrajó su peligrosa sonrisa y dejo ir sus hombros. “Estoy contento que nos podamos entender el uno al otro. Además, estás órdenes vienen directamente del rey mismo…así que por favor considera la ejecución una posibilidad en caso de fallar, y prestar atención.”

Un escalofrío corrió por Monica con la palabra ejecución. No quería tomar parte en una misión tan espeluznante como esa. Desafortunadamente, una vez que ella le dio un asentimiento de consentimiento a Louis, no había escape. Todo lo que podía hacer ahora era esconder su identidad a toda costa por un año entero, hasta que el segundo príncipe se graduara, y llevar a cabo su misión como guardaespaldas.

Mientras de mala gana se convencía a sí misma, Louis continúo rápidamente:

“Ahora déjame explicarte que es lo que actualmente esta misión traerá consigo. Varios años atrás, había una pobre, miserable chica sin parientes vivos en cierta casa religiosa en el dominio del Conde Kerbeck, en el este de Ridill.”

“…Uh.huh.”

“Pero la esposa previa del Conde Kerbeck, viendo a su anterior esposa en aquella chica, la adoptó. Le dieron una vida feliz a la chica, protegida por la anterior Condesa Kerbeck.”

“Esa es…una linda historia.”

La poca sofisticada valoración de Monica indicó a Louis su teatral sacudida de cabeza. Cuando el continuo, su voz estaba llena de lamento. “Pero un día, la condesa—una vieja mujer—colapsó de una enfermedad y eventualmente traspasó de este mundo de los vivos.”

“Oh no…”

“Habiendo perdido a su guardián, la chica fue molestada por otros en la familia del conde y fue dada tareas menores como una sirvienta de la hija noble del conde. Cuando la hija fue matriculada en la Academia Serendia, la pobre chica fue enrolada también, como su guardiana.”

“Me..me siento tan mal por ella…”

“Ciertamente. Y tú vas a interpretar la parte de esa pobre chica.”

Monica estaba en silencio por unos buenos diez segundos antes de abrir su boca para decir, “¿Qué?”

“Esa es la historia que usarás al infiltrarte en Serendia. Asegúrate de que cacharlo y memorizarlo antes de tu admisión.”

Monica rompió en un sudor frío. Louis acababa de asignarle un rídiculo trasfondo, y con completa seriedad.

“Um…,” mumuró. “E-eso es tanto, ni siquiera puedo…”

“Siempre y cuando tengas un pasado problemático, nadie indagará mucho. Incidentalmente, base tu historia en este personaje de este libro.”

Ryn, el espíritu de alto rango vistiendo un traje de sirvienta que había esperado detrás de Louis, rápidamente produjo un libro. El nombre del autor fue Dustin Gunther—el novelista favorito reciente de Nero. Con emociones desarrolladas, Ryn ofreció el libro a Monica y habló.

“Es una novela romántica donde la heroína, molestada por la hija del conde, captura el ojo de un príncipe. Eventualmente, los dos caen en un amor prohibido. Los sombríos y pícaros métodos usados por la noble hija para molestarla están escritos muy intricadamente. Esto es, en mi opinión, un trabajo fascinante.”

Nero escuchó la descripción de Ryn desde hasta arriba del estante, con una mirada de interés entusiasta en su cara, y su cola ladeando de aquí a allá. Esta casa contenía varios libros de Dustin Gunther, pero todos fueron los más viejos. El libro que Ryn tenía era el más reciente trabajo del autor. Era simple y natural que Nero estuviera interesado.

Con Monica frustada, Ryn gentilmente colocó el libro en sus manos. “Te lo daré a ti. Espero que te sirva bien como referencia.”

¿Cómo es esto es presunto como referencia? ¿Y para qué? Pensó Monica, pretendiendo lanzar un ojo entre las páginas. Había gastado muchas horas leyendo libros relacionados con hechizos, pero no era muy familiar con novelar hechas para entretener y el contenido no se quedaba pegado en su mente.

“U-um… La historia que pensaste, Louis—significa que me inscribiré junto con la hija del Conde Kerbeck, pero…”

“¡Si, por supuesto! Ya le he dicho al Conde Kerbeck sobre eso y preguntado a Lady Isabelle, su única hija, para proveernos asistencia.”

Los ojos de Monica se ampliaron. “¡¿C-con una historia como esa?! ¿N-no eso, um, causará problemas para la, um, Casa de Kerbeck?” Despues de todo, si seguían la historia de Louis, eso haría al Conde Kerbeck y su hija, Isabelle, salir como los chicos malos. Palideció. Ella no podría posiblemente hacerlos hacer tal cosa.

Louis, sin embargo, estaba calmado y relajado. “¿Qué sabes del Conde Kerbeck?”

“¿Uh? Um…”

Monica era buena con números, pero no mucho con recordar nombres de personas y lugares. Aun así, el nombre del Conde Kerbeck hizo eco en sus memorias un poco. Recordó haberlo escuchado relativamente recientemente.

“Oh… Los dragones…”

“Exactamente. Cuando asesinaste al Dragón Negro de Worgan hace tres meses, eso fue en las tierras del Conde Kerbeck. Él está profundamente agradecido contigo por ello—de hecho, él dijo que asistiría a la Bruja del Silencio con cualquier cosa”

El Conde Kerbeck había preparado un festín de gratitud para Monica, quien había asesinado al Dragón Negro de Worgan. Pero, Monica había declinado y huyó de regreso a su cabaña, así que ella nunca conoció al conde o a su hija.

Monica había estado preocupada que su negación habría amargado la opinión del conde de ella, pero aparentemente, él había sido impresionado—él lo había tomado como una muestra de la profunda modestia de la Bruje del Silencio.

“Ya le he dado la historia cubierta al Conde Kerbeck y a su hija noble. El conde estaba más que feliz de ser complaciente. ‘¡Bueno ahora! Eso suena como una balada, ¿no lo suena?’ él dijo.”

“¿M-más que feliz…?”

“Y los ojos de Lady Isabelle estaban brillando. ‘¡Las villanas siempre están furiosas últimamente!’ ella dijo.”

“¿L-lo están…?”

Aparentemente, la novela que Louis había traído era de una demasiado popular en la capital. Y resultó, Lady Isabelle era una gran fan, y había hecho viajes especiales por cada nuevo libro.

“Lady Isabelle está trabajando duro en desarrollar su personaje en la perfecta villana para molestarte.”

“…”

“Escencialmente, se reduce a esto. Te infiltraras en la academia, Lady Isabelle te molestará, y tu protegerás al segundo príncipe. ¿Qué? ¿Eres buena interpretando a la niña molestada, no lo eres?”

“…” Monica no pudo contestar a eso…

…porque ella estaba a punto de desmayarse.

Si él ya tenía arreglada la asistencia del Conde Kerbeck en el problema, Louis nunca había considerado dejar a Monica fuera de esto.

 

***

 

Incluso después de que Louis y Ryn dejaran la cabaña, Monica permaneció en estado de trance sobre el suelo. Louis había dicho que regresaría en cualquier momento del día siguiente y que ella debía tener sus cosas listas para ir para entonces. Pero ella honestamente no sabía ni por dónde empezar.

“Oye, Monica. ¿Estás viva? ¡Oyeee!”

Nero usó su patita delantera para darle un golpecito al pie de Monica. Normalmente, el ligero, suave toque era una sensación tranquilizante para ella, pero no lo podía disfrutar ahora mismo.

“¿Qué hago…? Yo-yo no puedo proteger a alguien… solo estaba en la lista de espera de los Siete Sabios…”

“Lo dijiste antes, ¿no lo hiciste? ¿A qué te refieres con ‘lista de espera’?”

Nero estaba confundido—él no sabía mucho sobre los asuntos de los humanos. Sorbiendo ruidosamente, Monica recordó la examinación de los Siete Sabios dos años atrás.

“H-hace dos años,” ella empezó, “ellos estaban seleccionando los nuevos Sabios…”

“Cierto.”

“…No lo recuerdo mucho, pero dijeron que mis ojos se pusieron en blanco, y me desmayé. Que estaba echando espuma de la boca…”

Nero, con ojos ceñidos, movió su cola. “¿…Y cómo diablos conseguiste entrar en los Siete Sabios?”

“E-es que justo pasó que uno de los Siete Sabios en el momento cayó enfermo y tuvo que renunciar…así que un segundo lugar fue abierto. Y ellos entonces me eligieron por lastima…”

Nadie le había dicho esto, pero Monica estaba segura que Louis había sido la única persona que en realidad pudo pasar la examinación. Él era un mago talentoso. Antiguo líder del Escuadrón Mágico, lo respaldaban sus logros con sus increíbles habilidades. Monica, por otro lado, era una pequeña chica que era solo buena en cálculos, quien permaneció escondida en un laboratorio por alrededor de un año. No había comparación.

“No puedo creer que él haya elegido a alguien de la lista de espera como su guardaespaldas para el príncipe…¡N-no puedo hacerlo! ¡No puedo, no puedo!”

Mientras Monica colgó en sus manos su cabeza y enterró su rostro, Nero golpeo sus pies suavemente. “Si realmente no quieres hacerlo, ¿Por qué no solo huyes?”

“N-no puedo. Porque si huyo…Louis me perseguirá hasta el final de la tierra…”

Louis Miller, el Mago de la Barrera, era un hermoso hombre con la conducta de un noble—pero era también uno de los magos marciales más poderosos en el reino. Monica sabía que debajo de esos guantes habían manos con grandes callos por peleas.

“¿Es chico si quiera es humano? Parece más un guardián del inframundo que uno de los Siete Sabios.”

“¡Él es tan espeluznante como uno!”

Monica sabía que no podía correr, pero aun así estaba asustada. Mientras sorbia de nuevo su nariz, Nero, moviendo su cola, hizo una propuesta.

“En ese caso, seamos positivos sobre ello, ¿eh? Vas a proteger a un príncipe. Ya sabes, ¡un príncipe! Son realmente geniales, ¿no? Ellos prácticamente brillan. Todas las humanas féminas aman los príncipes, ¿no los aman?”

“…No lo sé.”

“Los Siete Sabios tienen que hacer ceremonias y eso, ¿cierto? ¿Has visto alguna vez la cara del príncipe antes?”

Monica sacudió su cabeza. Con su ansiedad social, Monica odiaba las multitudes. Durante las ceremonias, ella siempre tenía la capa de su túnica sobre sus ojos y se mantenía así hasta que terminara con ello. Ella nunca había echado un buen vistazo a la cara el rey en su trono.

“Oye, Monica. Recién pensé algo.”

“¿…Hmmm?”

“Si ni siquiera sabes cómo luce la persona que estás protegiendo… ¿no es eso malo?”

“¿…Qué debería hacer…?”

Ella posiblemente no podría ser honesta con Louis y decirle que no sabía como lucía el segundo príncipe. Sin mencionar el castigo que conlleva por fallar la misión que era…

La palabra ejecución voló por su mente, causándole caer de cara al piso y romper en lágrimas. Nero golpeo su pierna con su patita delantera para intentar ofrecerle cierto grado de consolación.



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NT. Este es un "demo" para la traducción (aunque bastante apegada a la versión final), espero que de encontrar errores mejore la puntuación gramatical sobre todo y pasarla a PDF. Espero tener avances en un futuro cercano.

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