Secrets of the Silent Witch - Capitulo 2

 La Villana es Cariñosa con la Bruja del Silencio

Cada niño en el Reino de Ridill sabía la canción infantil “Los Cerdos del Viejo Sam.”

El Viejo Sam crío varios cerdos.

En el primer invierno, vendió uno

En el segundo invierno, vendió uno

En el tercer invierno, vendió dos

En el cuarto invierno, vendió tres

En el quinto invierno, vendió cuatro

Mientras las ruedas de la carreta hacían room room

Los pequeños cerdos hacían oink oink

En el sexto invierno vendió ocho cerdos

¿Cuántos vendió en el décimo invierno?

Monica estaba actualmente en camino al hogar de Louis en la capital real, pero su mente estaba completamente ocupada por “Los Cerdos del Viejo Sam” —específicamente, cuántos cerdos fueron vendidos.

         Si la respuesta del acertijo de la canción es la suma de los dos años anteriores, entonces en el décimo día, el vendería cincuenta y cinco… En el décimo primero, ochenta y cuatro, y en el décimo segundo…

         En su cabeza, la mayoría de las veces como forma de escapar de la realidad, continuaba calculando los números de cerdos continuamente. Cuando ella llegó a los 10,946 cerdos, Louis, que estaba sentado a su lado, dijo, “No luces bien, mi compañera Sabia.”

         “…y en el vigésimo octavo, serían 317,811 cerdos, en el vigésimo noveno serían 514,229 cerdos…”

         “¿Hola? ¿Mi compañera Sabia?”

Louis la pinchó, finalmente tirándola de su proliferante granja de cerdos y volviendo a la realidad.

“¡L-lo siento! Estaba solo, um, pensando algunas cosas…”

“¿Pensando algunas cosas?”

Monica se quedó en silencio, sin ser capaz de admitir que estaba calculando el número de cerdos a vender.

En ese momento, estaban volando a través del aire usando magia de viento proporcionada por Ryn, el espíritu atado a Louis. La magia de vuelo era extremadamente difícil y usaba mucho maná. Incluso un mago de alto rango se quedaría sin energía después de cerca de treinta minutos.

Ryn, por otro lado, era un espíritu, lo que quiere decir que puede lograr la hazaña de movimiento a gran velocidad por el aire. Ella había encerrado a Louis, Monica, e incluso a Nero—quién se había colado en el equipaje—en una barrera de viento hemisférica. Como un espíritu, poseía por lejos más maná que los humanos, y su talento para usarlo significaba que no necesitaba de cánticos.

Cuando fuera que era testigo de que tan impresionantes los espíritus eran, Monica recordaba que su propia habilidad para usar hechizos sin canticos no era tan increíble en el gran esquema de las cosas. La gente la admiraba y elogiaba por ello solo porque era humana.

Srta. Ryn es asombrosa, pero también lo es Louis por tener un contrato con ella…

Monica, por lo mientas, estaba encerrada como investigadora la cuál su único punto fuerte era ser capaz de emitir hechizos un poco más rápidos. Y aún así, él me quiere a cargo de la protección de la realeza…, pensó, apretando la bolsa de vieja que contenía a Nero y colgando su cabeza.

Entonces, Ryn, quien había estado en frente de ellos manteniendo la barrera, ajustó su cabeza para que pudiera ver a Louis y a Monica sin dar vuelta a su cuerpo. El movimiento fue como una muñeca con el cuello roto. Sorprendió a Monica, pero la linda expresión de la sirvienta permaneció imperturbable—lo que solo la hacía ver aún más como una muñeca.

“Llegaremos pronto”, anunció. “Para el final, tengo una propuesta para un método de aterrizaje completamente sin precedentes—”

“Está bien. Por favor llévanos abajo con seguridad.”

Ryn permaneció con cara seria, pero su respuesta sonó de alguna manera decepcionada.

“Por supuesto, Sr.”

Una vez entraron a un área residencial, los aterrizó gentilmente, como fue ordenada.

La mansión de Louis era relativamente acogedora, pero adornada y ordenada. Monica había asumido inicialmente que sería más extravagante; su sorprendentemente sencillez la tomó con la guardia baja.

“Bienvenida a mi humilde morada,” dijo Louis, abriendo la puerta. Dentro, Monica pudo ver a una mujer que parecía estar en sus veintes. La cara de Louis inmediatamente reveló una sonrisa. “Estoy en casa, Rosalie.”

Su tono fue un poco animado. La mujer debía ser su esposa—Rosalie Miller.

Comparada con la apariencia y vestuario elegante de Louis, ella era un poco más sencilla. Vestía ropa sin mucha decoración, pero en un estilo que le permitía la libertad de movimiento. Su cabello café estaba envuelto todo junto detrás de su cabeza.

El lenguaje corporal de Louis indicada que extrañaba demasiado a su esposa, pero la actitud de Rosalie era indiferente. En lugar de eso, se quedó mirando sin sonreír a Monica mientras Monica se escondía detrás de Louis.

Ella no está enojada de que su esposo haya traído a una joven chica a casa sin preguntarle, ¿o lo está? Pensó Monica. Insegura, bajo su mirada para tratar de evadir la mirada de Rosalie, pero la mujer rápidamente se adelantó, tomó las mejillas de Monica con sus manos, y volvió su cara hacia adelante.

“¡¿Eek?!”

“Permíteme por un momento.”

Mientras Monica se ponía rígida por terror, Rosalie hizo a un lado su flequillo y tiró de sus párpados inferiores.

“U-um, yo, ¿qu-qué” tartamudeó Monica.

“Espera aún,” ordenó Rosalie. “Ahora abre la boca grande.”

Monica hizo lo que se le dijo. Rosalie revisó su cavidad oral. Después revisó las otras partes de su cuerpo, incluyendo debajo de sus uñas y manos.

“Movimiento del ojo normal, no hay gingivitis. Dentro de los párpados inferiores es blanco, y las uñas están pálidas también. Y piel seca… malnutrición, más signos de anemia. ¿Cuántos años tienes?”

Con la expresión seria de Rosalie justo frente a ella, Monica—a medio llorar en este punto—respondió con voz temblorosa, “T-tendré, um, diecisiete este año…”

“Y muy delgada para tu edad. ¿Qué comes usualmente? ¿Tiempo promedio de sueño?”

“Um, varía mucho, supongo…”

Entre más preguntas respondía Monica, la expresión de Rosalie se volvía más severa. Después de unas cuantas rondas más, Louis miró a su esposa, como si realmente quisiera que ella le diera un poco de atención. “Rosalie,” él dijo, “tu nuevo marido ha llegado a casa. ¿No le darás un beso y le darás la bienvenida por regresar?”

“El paciente es de más importancia,” dijo Rosalie, ágilmente terminando la sugerencia.

“Estoy…saludable…,” insistió Monica, de manera casi inaudible.

Rosalie negó con su cabeza y declaró, “No sé quién eres o de dónde eres, pero no necesitas de un doctor para ver que eres un ejemplo viviente de mala salud. Mi pronóstico es que tengas suficiente comida y descanso. También te sugiero tomar un baño y cambiarte de ropa.”

No había duda de que era la esposa de Louis. Había muchas diferencias entre ambos, pero su sincera, y directa manera de comunicación eran exactamente iguales.

Así como la boca de Monica se trababa abriendo y cerrándola sin hacer sonido alguno, Louis se encogía en resignación.

“Rosalie es doctora. Querrás seguir sus instrucciones—por tu propio bien, mi compañera Sabia.”

 

***

 

Después de ser empujada a la tina del baño por Rosalie y darle una comida caliente y un cambio de ropa, Monica por fin tuvo la oportunidad de respirar a su manera en su camino a la habitación de invitados de la mansión. En su camino, Nero asomó su cabeza fuera de la mochila—él había estado ahí en todo el viaje. Pero cuando Louis entró a la habitación, el inmediatamente se zambulló de vuelta adentro.

Con una mirada desinteresada a Nero, Louis dijo, “Rosalie insiste que debes tomar una siesta, pero antes de eso, te debo presentar a nuestra invitada, que estará llegando en unos momentos.”

“¿I-invitada?” Monica se tensó.

Louis asintió, y le dio su nombre. “La hija del Conde Kerbeck, Lady Isabelle Norton.”

Lady Isabelle era la coconspiradora de Monica para esta misión y se estaría inscribiendo en la Academia Serendia con ella. Tiene razón, pensó Monica. Es probablemente una buena idea verla antes de ir a la escuela.

Entonces algo se le ocurrió.

“U-um, ¿’Kerbeck’ no es el apellido de su familia?”

“¿Disculpa?”

Louis parecía no entender la pregunta. Monica jugó con sus dedos y dijo, “Um, bueno, ella es la hija noble del Conde Kerbeck, así que asumí que su nombre sería Isabelle Kerbeck…”

“Kerbeck es su título noble. La mayoría de los nobles en el rango de conde o superiores son llamados por su título de nobleza.”

“…¿?”

Con Monica pareciendo confundida, la expresión de Louis se tensó, y sus mejillas se contrajeron. “Mi compañera Sabia, ¿cuánto sabes sobre los títulos de nobleza?”

Monica simplemente sacudió su cabeza. La sonrisa de Louis finalmente desapareció de su rostro.

“Seguramente puedes nombrar los rangos de nuestro reino del mayor al menor, ¿sí?”

“…B-barón, marqués, duque, conde?”

Por su respuesta confusa, Louis puso una sonrisa magnifica que definitivamente decía, Eres una idiota, niña. “Ni uno de los que has dicho está en la posición correcta, y te has olvidado totalmente de los vizcondes”

“…¡Eep!”

“Para alguien que conoce todos los ciento y tantos nombres mágicos, ¿cómo no recuerdas cinco rangos nobles?”

Todo lo que ella podía decir es que nunca había estado interesada. Pero si fuera así de directa, él seguramente empezaría a tirarle insultos, así que solo miró hacia abajo en silencio.

Louis empujó su monóculo hacia arriba con la punta de su dedo y suspiró pesadamente. “Primero, trata de tener al menos esto dentro de tu cabeza. En Ridill, los rangos de nobleza son, de mayor a menor, duque, luego marqués, luego conde, luego vizconde, luego barón. Hay otros rangos debajo para la nobleza inferior, pero te ahorraré los detalles. Por ahora, solo recuerda que, si alguna vez conoces a alguien que es duque o duquesa, significa que ellos seguramente son parte de la línea de sangre real.”

Aprendiéndose sus palabras de memoria, Monica murmuró, “Los C-condes están en una posición más alta de lo que esperaba.” A decir verdad, pensó que los condes eran el rango más inferior.

Louis abrió sus ojos ampliamente hasta que ya no se pudieran abrir más, mirándola sin creerlo. “…¿mi compañera Sabia? Tú si recuerdas que tú misma tienes un título de nobleza, ¿verdad?”

Los Siete Sabios fueron dados un rango especial llamado “condes de magia” que correspondía a un conde normal. En otras palabras, Monica era una noble también.

Ella era además una rareza femenina que posee un título, una de las menos de diez en el reino entero…pero para alguien que ha estado encerrada lejos en una cabaña de montaña por dos años, ella ciertamente no pensaba de sí misma como una noble.

Ahora que pensaba en ello, recordaba recibir un montón de cosas cuando se volvió uno de los Siete Sabios, tal como un certificado de rango noble y un anillo. Había olvidado donde los había puesto. Estaban probablemente enterrados en algún lugar de los montones de papeles en la cabaña.

Cuando Monica confesó esto, Louis frunció el ceño, puso sus dedos juntos, y suspiró.

Luego escucharon un golpecito en la puerta. La voz de Ryn provenía de fuera. “La joven dama del Conde Kerbeck ha llegado.”

Louis le dio una mirada a Monica y dijo, “Vayamos.”

Monica, tomando su estómago adolorido, tembló hasta en sus pies.

 

***

 

“¡Ohhh-jo-jo-jo-jo! ¡Que tengas buen día!”

         Una risa con alto rango de voz sonó, era audible probablemente desde cualquier lado de la mansión. La fuente de ello era a quien Monica tenía que ir a conocer—una chica que tenía alrededor de la misma edad que ella. Vestía un vestido escarlata con tejido extravagante. Su cabello de color brillante, que tenía una pisca de color naranja en el, estaba lleno de esplendidos rizos.

Monica se quedó parada ante la puerta, completamente atemorizada. La señorita Isabelle Norton, hija del Conde Kerbeck, traía un abanico que cubría sus labios y arrugaba sus cejas hacia Monica en una expresión malvada.

         “Oh, bueno, hola, Tía Monica. Delgada y andrajosa como siempre, ya veo. Pensar que tu nombre mancilla el registro familiar de la Casa Kerbeck—por qué, ¡esto absolutamente me avergüenza!”

         A pesar de que Monica no entendía de lo que estaba hablando, y la clara hostilidad en el tono de voz de la chica. Con su débil voluntad, era muy sensitiva cuando otros la aislaban. Era tan tímida que incluso las más pequeñas espinas le causaban marchitarse.

         Y ahora que Isabelle hizo de su malicia clara, las lágrimas estaban empezando a formarse en sus ojos.

         Pero antes de hacerse una bola en ese lugar, la expresión malvada de Isabelle cedió, remplazada por una sonrisa encantadora. “¿Cómo estuvo? ¿No sonó exactamente como una villana? ¡He estado practicando esa voz cada día desde que recibí esta tarea! ¡Estoy convencida de que el filo de mi risa arrasa a todos los competidores!”

         ¿Una risa puede ser filosa? ¿De qué está hablando? Los ojos de Monica se ampliaron en confusión.

         Isabelle parecía dejar de lado eso y recordó algo. “Oh, vaya. Que cruel de mi parte el no presentarme.” Tomó una de las puntas de su vestido y dio una elegante reverencia a la altura de una doncella hermosa. “Es un placer volverme tu conocida, Lady Monica Everett, la Bruja del Silencio. Soy Isabelle Norton, hija de Azure Norton, el Conde Kerbeck. Hiciste un gran servicio al asesinar al dragón negro. De parte de mi padre y nuestra gente, te extiendo mi más grande agradecimiento.”

Mientras Monica permanecía parada ahí, aún como una estatua por la conmoción, Isabelle le sonrió. Era una increíblemente linda—y más importante amigable—sonrisa, y ninguna de sus previas inmundicias podía ser vistas.

“Ah, ¡pensar que la Sabia que derrotó al temible Dragón Negro de Worgan y venció a la horda de pterodragones del cielo sería una persona tan adorable! Eso porque, cuando pregunté tu edad, ¡me dijeron que tú y yo estábamos a solo un año de diferencia!”

Si solo hay un año de diferencia, eso la haría de dieciocho este año, pensó Monica en una esquina de su mente paralizada.

En lo tanto, Isabelle tomó su mano, con sus mejillas sonrojadas con un tinte rosado. “Oh, por favor… ¿Monica, me permitirías llamarte mi hermana mayor?”

Y tal como resultaba, ella era actualmente más joven.

“Ah, yo, um, bueno…”

Con Monica frustrada, Louis que había estado viendo su intercambio con una risa burlona desde el asiento del sofá, se metió, “Mi compañera Sabia, ¿por qué no saludas a Lady Isabelle y le agradeces por ofrecer su colaboración?”

“Estoy… Agradecida…por, um, c-conocer…tefh,” tartamudeó Monica, su respiración se vio atorada en su garganta.

Louis encogió sus hombros en resignación. “Lo siento muchísimo, Lady Isabelle. La Bruja del Silencio es un poco tímida, como verás.”

“No, no, no me importa del todo. Mi hermana podrá ser tímida, pero…¡Sé que ella es más fuerte y galante que cualquiera!”

¿De quién rayos esta hablando? Pensó Monica. Difícilmente soy fuerte. Y definitivamente no soy “galante.”

Pero Isabelle estaba perdida en su propio mundo diminuto. Cuando habló, estaba embelesada, con sus manos en sus sonrojadas mejillas. “Se dice que incluso los Caballeros Dragón tendrían un rato difícil asesinando al Dragón Negro de Worgan. Las llamas que respira son las flamas del inframundo. ¡Pueden incinerar incluso las barreras mágicas! ¡Es el más fuerte, y más perverso de todos los dragones! Y, oh, ¡para asesinarlo por sí misma—eso no es algo que cualquiera podría hacer! Y, sobre todo, te fuiste sin decir una sola palabra después de la hazaña…eso es…eso es demasiado…¡fue muy genial!”

“Um…yo, bueno…”

La única razón por la que Monica participó en el asesinato del dragón negro del todo fue porque Louis le había llevado a rastras fuera de la cabaña en la montaña, diciendo, “¿Por qué no te ejercitas una vez en un rato?” ella había declinado en formar parte del festín no por modestia sino por timidez.

Pero para Isabelle, que no sabía nada de eso, Monica evidentemente parecía como una galante, humilde, y poderosa maga. Fue un malentendido masivo, pero Monica no era lo suficientemente elocuente para explicar todo.

Y en cuanto a Louis—él estaba tratando de tomar tanta ventaja posible de la situación como podía.

“¡Mi hermana! ¡He escuchado de tu tarea de infiltrarte en la Academia Serendia con el fin de proteger al Príncipe Felix! ¡Considero el mayor de los honores ser capaz de ayudarte en este asunto! ¡Te martirizaré, frustraré, y atormentaré tanto como pueda que nadie si quiera sospechará de ti! De ese modo, ¡puedes enfocarte en proteger a Su Alteza Real sin preocuparte de una cosa!”

Para cuando terminó, Isabelle tomó la mano de Monica y la sacudió con fiereza.

Monica, que no podía hacer algo, pero dejarse llevar por ella, solo se las ingenió para asentir.



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NT. Este es un "demo" para la traducción (aunque bastante apegada a la versión final), espero que de encontrar errores mejore la puntuación gramatical sobre todo y pasarla a PDF. Espero tener avances en un futuro cercano.

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